Boude
(2011) define un ambiente de aprendizaje
como “un espacio virtual o presencial diseñado e implementado por el profesor
con la clara intención de contribuir al desarrollo de competencias y habilidades
en sus estudiantes, lo que implica por parte de éste seguir un proceso
reflexivo en el que a partir del reconocimiento del contexto educativo se dan
respuestas sobre qué, cómo y para qué se enseña”.
La
evaluación es un proceso con diferentes funciones que permite diagnosticar el estado
y el alcance del ambiente virtual de aprendizaje. Para la evaluación del ambiente
virtual de aprendizaje se propone una rúbrica que aborda siete criterios de
evaluación y a su vez cada uno de éstos agrupa cinco parámetros.
La rúbrica para
la evaluación de ambientes de aprendizaje no mide el grado de conocimiento ni
de destreza que puede tener quien lo diseña, está diseñado para no olvidar y
tener presente los aspectos esenciales a la hora de diseñar un ambiente de
aprendizaje.
La
adaptación de la rúbrica se realizó tomando como referencia a los autores
Estrada y Boude (2005), quienes proporcionaron una manera de evaluar los
ambientes de aprendizaje vinculando diversos criterios de autores lo que nos
permite definir los aspectos generales y estructurales a la hora de aplicar la
rúbrica en el AVA.